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Un preso mata a su compañero de celda tras discutir por sus ronquidos

Fuente: El Pais

 

El agresor, que había ingresado en mayo en la cárcel de Fontcalent (Alicante), asegura que empujó al otro recluso y que este se golpeó la cabeza al caer al suelo

 

Un interno del Centro Penitenciario de Fontcalent (Alicante), que responde a las iniciales C. G. E., ha reconocido que mató este lunes por la noche a su compañero de celda tras discutir porque sus ronquidos no le dejaban dormir, según confirman a EL PAÍS fuentes penitenciarias. El hombre, de 37 años, había ingresado en prisión el pasado mayo para cumplir una condena de cuatro meses por impago de una pensión. En su historial solo contaba un encarcelamiento anterior, en febrero, de 20 días por un delito de desobediencia. Tras el suceso, el interno fue trasladado a dependencias policiales para tomarle declaración como presunto autor de un delito de homicidio.


El suceso ocurrió sobre las 23.30 en el interior de una de las celdas del Módulo 2, en el que están recluidos presos poco conflictivos de los algo más de 700 encarcelados en el Centro Penitenciario de Fontcalent. Según el relato que el arrestado hizo a los funcionarios que acudieron a socorrer a la víctima, el suceso de produjo en el transcurso de una discusión originada por los ronquidos de su compañero. El agresor había llegado a pedir unos minutos antes a los funcionarios que le cambiaran de celda porque no podía conciliar el sueño, y al no conseguir, despertó a la víctima e inició con discusión con él. Siempre según el relato del interno detenido, en el transcurso de la misma, empujó al fallecido, identificado como Mohamed, de 57 años y origen argelino, quien cayó al suelo y se golpeó en la cabeza causándole de la muerte.

 

Las fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas detallan que fue el propio agresor quién avisó al funcionario de servicio a través del intercomunicador de su celda de que su compañero de reclusión estaba en el suelo y sangraba. Al recibir el aviso, los funcionarios se personaron en la celda e intentaron reanimar a la víctima sin éxito. Los médicos de la prisión solo pudieron confirmar el fallecimiento del otro reo. Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Nacional, que se han hecho cargo de la investigación. Es la primera muerte por agresión registrada en los que va de año en las cárceles españolas.

Hay que remontarse al 26 de diciembre de 2018 para encontrar un suceso similar. Aquel día,J. M. R. H, de 28 años y nacionalidad española —que había ingresado en prisión por primera vez unas horas antes— mató a su compañero de celda en el Centro Penitenciario de Madrid V, en la localidad de Soto del Real, tras discutir ambos sobre quién iba a dormir en la litera de abajo y quién en la de arriba. El agresor, experto luchador de muay thai (un arte marcial de origen tailandés), la emprendió a golpes con la víctima. Cuando llegaron los funcionarios, lo encontraron tendido en el suelo muy grave y con severos traumatismos craneoencefálicos que finalmente le causaron la muerte. Aquel fue el único fallecimiento por agresión dentro de las cárceles españolas en 2018. Desde 2006, el número de muertos en las prisiones por hechos similares se eleva a 27, según las estadísticas oficiales.

El sindicato ACAIP-UGT, mayoritario entre los funcionarios de prisiones, hizo público este martes una nota de prensa en la que denuncia el déficit de personal que sufren las cárceles españolas y, en concreto, la de Fontcalent. Una situación que, en su opinión, ha provocado que en el centro haya dos módulos ordinarios cerrados, además del de aislamiento, lo que ha obligado a que prácticamente en todas las celdas estén alojados dos reclusos, en lugar de uno como recomienda la ley general penitenciaria. Para el sindicato, esta situación ocasiona un incremento del número de "problemas de convivencia" entre los reclusos.

Desde Instituciones Penitenciarios se niega este extremo. Un portavoz asegura que la plantilla de la cárcel alicantina está cubierta al 92% y achaca el cierre de los módulos al descenso del número de presos, que ha llevado al centro penitenciario alicantino a estar al 70% de su capacidad. Prisiones también insiste en que el uso compartido e las celdas "es reglamentario" y que, de hecho, están diseñadas para acoger a dos presos cada una.

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