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Casi la mitad de los presos reinciden

El asesinato a machetazos de un matrimonio de joyeros y su hijo la semana pasada en Castelldefels a manos de dos delincuentes, uno de ellos con nueve antecedentes por atracos y un homicidio, ha puesto de nuevo encima de la mesa este problema crónico de la delincuencia en España.

Fuente: La Razón Digital

El asesinato a machetazos de un matrimonio de joyeros y su hijo la semana pasada en Castelldefels a manos de dos delincuentes, uno de ellos con nueve antecedentes por atracos y un homicidio, ha puesto de nuevo encima de la mesa este problema crónico de la delincuencia en España. Fernando Sánchez Medina, de 37 años, el más veterano de los dos atracadores, llevaba 19 meses en libertad. En abril de 2004, había salido de la cárcel tras cumplir una pena de 17 años por homicidio. Su caso es el arquetipo del delincuente incorregible, uno más para engrosar los recogidos en el último estudio de la Dirección general de Instituciones Penitenciarias sobre reincidencia entre los presos, que afirma que el 46,7 por ciento de los internos en cárceles españolas vuelve a prisión tras salir a la calle y cometer un nuevo delito. La salida, el periodo más crítico. El informe, elaborado sobre una muestra de 330 condenados sometidos a seguimiento durante sus tres primeros años de excarcelación, revela que cuando un penado cruza el portón de la calle comienza su periodo más crítico. En ese mismo instante ya tiene un 65% de posibilidades de reincidir. Tal es así, que casi cuatro de cada diez (30,6%) vuelven a la cárcel por cometer un nuevo delito durante el primer año en libertad. Sánchez Medina, atracador consumado, forma parte además del principal grupo de riesgo, ya que la mayor parte de los reingresos se producen por delitos contra la propiedad, como robos y atracos (70%), seguido del tráfico de drogas (13%), lesiones, secuestros u homicidios (5%), y agresiones sexuales (3,7%). Por si fuera poco, los delincuentes que usan la violencia para robar son el colectivo carcelario con más alta probabilidad de reincidir en el mismo delito nada más abandonar el centro penitenciario (58%), muy por encima de los violadores (31,6%) y homicidas (26,7%). Según este estudio, los traficantes de estupefacientes (24,4%) tienen menos opciones de recaer por la misma infracción, aunque bien es cierto que la mayoría de los penados por delitos contra la salud pública son extranjeros y tras salir a la calle abandonan el país. Si el ex convicto es capaz de superar el primer año sin caer en la delincuencia, el riesgo se reduce al 12,7% en el segundo año y se desploma al 3,4% en el tercero. Es decir, a medida que pasan los años las probabilidades de reincidencia entre los excarcelados disminuyen considerablemente de igual forma que ocurre entre los ex fumadores, ex drogadictos o ex alcohólicos. ¿Significa que el delito es adictivo? «Estamos hablando de gente cuyo negocio es la delincuencia», dice José Luis González Armengol, decano de los juzgados de Madrid. Todos los días llegan a ellos una media de 55 personas detenidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y puestas a disposición judicial. Muchas de estas personas no es la primera vez que acuden a un interrogatorio judicial con las esposas en las muñecas. González Armengol considera «muy alta» la reincidencia delictiva en España y la atribuye a dos causas: el carácter benévolo de las penas y la inmigración. «Pese a ser el segundo país con más población reclusa de Europa –afirma–, tenemos las penas más benignas del continente. Esto constituye una paradoja para nuestros elevados índices de delincuencia y el motivo de que los mismos estén arraigando. Se está dando la circunstancia de que mientras los delitos cometidos por mayores de edad han bajado un punto, los ejecutados por menores se han incrementado en un 3%». Esta renovación generacional de la que habla el juez decano de Madrid la demuestra el hecho de que en los juzgados de esta comunidad, los delitos cometidos por menores han subido de un año a otro un 385% en casos de narcotráfico y un 100% en el de las agresiones sexuales. «Esta gente es ahora mucho más peligrosa», remacha. Otra de las causas que, a su juicio, genera las altas tasas de reincidencia está en la elevada población inmigrante que está soportando España «y que conlleva una parcela de gente peligrosa». De los detenidos que llegan a diario a los juzgados madrileños, el 63% son de origen extranjero y el 37% españoles. Esta tendencia se ha invertido en tan sólo cuatro años y ha dado lugar a que uno de los mayores volúmenes de sentencias sean motivadas por delitos de maltrato en el hogar –otro de los de mayor reincidencia– con una enorme repercusión entre la población extranjera. Un dato revelador: El 80% de las órdenes de protección a mujeres maltratadas en Madrid se han dictado a inmigrantes ecuatorianas. Esta circunstancia ha elevado a los delincuentes de nacionalidad ecuatoriana al primer puesto de los grupos extranjeros que a diario pasan por los juzgados madrileños, seguidos de los rumanos (robos y falsificaciones) y los marroquíes (tráfico de drogas y estafas). José Luis González Armengol cree que para bajar los índices de delincuencia y por tanto de reincidencia habría que gravar las penas «en prácticamente todos los delitos» aunque, a su juicio, evitar que un delincuente vuelva a la acción una segunda o tercera vez «no es una labor fácil». hecho de que en los juzgados de esta Comunidad, los delitos cometidos por menores han subido en un año un 385% en casos de narcotráfico, y un 100% en el de agresiones sexuales. «Esta gente es ahora mucho más peligrosa», remacha. Otra de las causas que, a su juicio, genera las altas tasas de reincidencia está en la elevada población inmigrante que está soportando España «y que conlleva una parcela de gente peligrosa». De los detenidos que llegan a diario a los juzgados madrileños, el 63% son de origen extranjero y el 37% españoles. Esta tendencia se ha invertido en tan sólo cuatro años y ha dado lugar a que uno de los mayores volúmenes de sentencias sea motivadoe por delitos de maltrato en el hogar -otro de los de mayor reincidencia- con una enorme repercusión entre la población extranjera. Un dato revelador: el 80% de las órdenes de protección a mujeres maltratadas en Madrid se ha dictado a inmigrantes ecuatorianas. Esta circunstancia ha elevado a los delincuentes de nacionalidad ecuatoriana al primer puesto de los grupos extranjeros que a diario pasan por los juzgados madrileños, seguidos de los rumanos (robos y falsificaciones) y los marroquíes (tráfico de drogas y estafas). José Luis González Armengol cree que para bajar los índices de delincuencia y por tanto de reincidencia habría que gravar las penas «en prácticamente todos los delitos» aunque, a su juicio, evitar que un delincuente vuelva a la acción una segunda o tercera vez «no es una labor fácil».

Sin embargo, esta opinión no es compartida por todos los sectores judiciales. Así, María Jesús Coronado, magistrada del Juzgado Penal de Ejecutorias número 4 de Madrid, considera que, a pesar de reconocer la existencia de un amplio porcentaje en el número de reincidentes, que agravar las penas no sería la solución al problema. En su opinión, se obtendría un resultado más positivo con medidas preventivas. En esa misma línea, defiende que en algunos casos, como por ejemplo en los relacionados con el consumo de droga -no en los delitos de especial gravedad- , se pueda sustituir las penas por programas de rehabilitación. «La sociedad se beneficia más de un sujeto rehabilitado que de uno encerrado».

Las cárceles españolas superan en estos momentos los 61.000 presos, de los que casi el 93 por ciento son hombres. Un aspecto importante, según se pone de relieve en un informe del sindicato de prisiones ACAIP, es el relativo a la habitualidad de los reclusos condenados, es decir, al «grado de reincidencia». En este punto, el 59,2 por ciento son reincidentes por un 40,8 por ciento que son primarios. Esto evidencia la existencia de un amplio «círculo vicioso», constatándose que un porcentaje muy importante de internos vuelven a delinquir cuando quedan en libertad. Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico son la causa por la que más de 20.0000 personas cumplen condenas, seguidos, a una distancia considerable, de los relacionados con el tráfico de drogas. Por homicidio hay casi dos mil personas privadas de libertad. Respecto a las mujeres condenadas, casi la mitad cumplen sentencia por delitos contra la salud pública. La población reclusa extranjera representa el 29,4 por ciento del total a nivel nacional. Por comunidades autónomas, Aragón ha registrado un incremento del 116% en cinco años.

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