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Prisiones retoma los vis a vis en pleno rebrote de coronavirus y los funcionarios protestan

Fuente: El Confidencial

Envía recomendaciones a cada centro sobre las medidas que tienen que tomar en este momento de expansión y a algunos directores les aconseja volver a permitir las visitas.

El director general de Instituciones Penitenciarias, Miguel Ángel Vicente, está remitiendo estos días a más de una veintena de responsables de cárceles una serie de correos electrónicos con el fin de dar a cada uno recomendaciones individualizadas acerca de las medidas de seguridad que debe respetar. Los consejos son diferentes para unos y otros centros, ya que son el fruto de un análisis realizado por técnicos de la secretaría general en función del avance de la pandemia en cada territorio, según explican desde el departamento dirigido por Ángel Luis Ortiz.

Entre estas sugerencias, los sindicatos de funcionarios de prisiones destacan una que a la que se oponen frontalmente. Se trata de la reapertura de las comunicaciones personales entre reclusos y familiares en aquellos centros que habían optado por el cierre total. Desde Acaip, la organización mayoritaria, critican duramente la decisión. Consideran que a través de los vis a vis y de los encuentros con familiares es como se contagian tanto los internos como los funcionarios de prisiones que tienen contacto con ellos.

"Es una auténtica barbaridad", valora el presidente de Acaip, José Ramón López. "Nuestra obligación como funcionarios públicos es salvaguardar los derechos de los internos, y su primer derecho es el de la salud, que con estas actuaciones se está poniendo en riesgo". "La postura prudente en este asunto es la que están demostrando los directores y directoras de los centros cuando procedieron a su cierre", recuerda López, que critica que el Ministerio del Interior espere a que haya "un contagio masivo para tomar la decisión". "Gracias al cierre de centros, durante el confinamiento se pudo controlar de forma razonable la pandemia y conseguir unas tasas de contagios y de fallecimientos muy inferiores a la media nacional", añade el presidente del sindicato, que el pasado 18 de agosto remitió una carta a la secretaría general para reclamar medidas más restrictivas.

En la misiva, Acaip pedía en concreto la "suspensión de todas las comunicaciones excepto las ordinarias a través de locutorio", "cuarentenas preventivas a los internos que ingresan" y los paquetes que llegan o "reducir los traslados a lo imprescindible". "Estamos yendo por detrás de la pandemia, existen graves problemas en la coordinación de la secretaría general con las comunidades autónomas, a efectos de que se realicen las pruebas de detección al personal penitenciario que se encuentra en cuarentena por contactos estrechos y que, en varias ocasiones, se han producido después de finalizar la misma. Así es muy difícil trabajar de forma adecuada y generar confianza entre el personal penitenciario".

Francisco Macero, representante de Acaip en Baleares, asegura que hay mucho miedo entre la población reclusa a contagiarse porque la mayoría son personas de riesgo. "Nos parece una temeridad abrir, porque entendemos que es más importante el derecho a la salud que el de las comunicaciones, que se pueden solventar con una videollamada", valora el portavoz del sindicato en las islas, quien recuerda que durante el confinamiento no falleció ningún preso por sobredosis y, tras la apertura de las comunicaciones, ya han muerto algunos. Desde Acaip recuerdan, por ejemplo, que la apertura de las comunicaciones permite que los familiares de Iñaki Urdangarin, que han pasado las vacaciones en el País Vasco, donde ha habido fuertes rebrotes, visiten al recluso.

"Si no limitan las comunicaciones, la situación se va a poner muy complicada en las prisiones; si no se adoptan las medidas de prevención que solicitamos, el covid-19 entrará de manera generalizada en los centros y pondrá en peligro la salud y la vida de los internos, que son especialmente vulnerables, de los trabajadores de prisiones y de sus familias", respalda Jorge Vilas, responsable nacional del Departamento de Prisiones del sindicato de funcionarios CSIF, la otra organización que también protesta por la reapertura de los vis a vis.

En estos momentos, la decisión de permitir o no el contacto de los internos con sus familiares o amigos la toma la dirección de cada centro en función de los criterios que considera pertinentes. Desde Instituciones Penitenciarias, consideran que hay algunos directores que se han pasado a la hora de optar por cierres radicales. Un responsable de una prisión pidió cerrar la cárcel que dirige durante un año, explican desde el citado departamento las mismas fuentes, que entienden que impedir las comunicaciones a una persona es limitarle un derecho fundamental.

"Si lo hacemos, podría pasar que un juez lo echara para atrás, como ha ocurrido en Madrid con la orden que prohibía fumar", aseguran las fuentes penitenciarias consultadas, que creen que el mayor o menor cierre debe depender del desarrollo real que tenga el coronavirus en la zona en que se ubique la prisión. Los directores de las cárceles, de hecho, recibieron vía libre durante la desescalada para tomar las medidas que consideraran oportunas en su jurisdicción. Tras el mando único que les había 'uniformado' a todos, el cese del estado de alarma les devolvió su poder, de ahí que algunos hayan optado por medidas más restrictivas que otros y que ahora sea la secretaría general la que pida a esos abrir un poco la mano.

"No hay una medida común, sino que son consejos individualizados, porque no se pueden limitar derechos de forma drástica", añaden las fuentes de Instituciones Penitenciarias consultadas, que aseguran que hay casos en los que también están aconsejando medidas más restrictivas. Todo depende de las circunstancias de cada territorio, afirman las mismas fuentes, que explican que han aconsejado reducir de cuatro a dos el número de familiares que en algunos centros pueden acceder a la visita o extender a toda la semana los días de los vis a vis con el fin de diseminarlos a lo largo de los días y que no se concentren en dos jornadas. Actualmente, en las cárceles españolas hay 33 funcionarios de prisiones y 35 internos infectados de coronavirus. En cuarentena, sin embargo, hay casi medio millar de personas: 70 trabajadores y 419 reclusos.

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