Fuente: terra

Se trata del Sistema de Identificación Automatizado (SIA), que permitirá, según fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, una mayor rapidez en la verificación de la identidad de los más de 55.000 reclusos del sistema penitenciario español.

Este nuevo sistema informatizado permitirá incluir de forma más exhaustiva los datos procesales, físicos y propiamente penitenciarios de los reclusos, como las veces que ha estado en la cárcel, en qué centros, en qué fechas, las salidas y entradas programadas, los permisos o los traslados y conducciones.

La tinta y las fichas de salida y entrada de los presos, entre otros materiales, serán sustituidas por un nuevo sistema automatizado de verificación de identidad, en el que se lleva trabajando seis años, que ha sido desarrollado con tecnología española y para cuya utilización han recibido formación más de 300 funcionarios.

El SIA está funcionando ya como prueba piloto en dos prisiones, la de Madrid III y Madrid VI, pero a partir del próximo día 19 estará implantado en los 66 centros penitenciarios españoles.

Para la puesta en marcha de este sistema, que ha costado 1,2 millones de euros, se han recogido las huellas digitales de todos los presos, que ya no tendrán que impregnar en tinta sus dedos cada vez que salgan o entren de prisión, sino que colocarán su mano en un lector informático que verificará su identidad en un tiempo de entre diez y 45 segundos, dependiendo de la operación.

Además, ya están almacenadas el 60 por ciento de las fotografías digitales de la población reclusa.

El nuevo sistema de identificación, además de incluir los datos procesales y penitenciarios, permitirá incluir información gráfica y una descripción física de los presos, algo que no era posible con el anterior procedimiento dactiloscopio, que funcionaba en las cárceles españolas desde 1909.

Esa información gráfica incorporará, además de los datos dactilares, una fotografía del preso y sus posibles cicatrices o tatuajes, que se sumará a la información sobre su talla, color de ojos, de piel, su constitución física o el color de su pelo.

Con este registro exhaustivo de la población reclusa, Prisiones pretende un mayor control en las cárceles, que se están viendo afectadas por los nuevas modalidades delictivas del crimen organizado, cuyos miembros utilizan habitualmente multitud de identidades, que ahora serán despejadas con el SIA de forma rápida tras contrastar sus huellas con las del banco de datos.

Así, cuando un individuo ingrese en prisión, y una vez que se tomen sus huellas, se comprobará si ha estado o no encarcelado a partir de las mismas y no de la identidad que facilite.

El sistema también permitirá que la conducción de los presos se haga de forma más segura, ya que a las Fuerzas de Seguridad se les entregarán determinados datos de los reclusos que vayan a ser trasladados, referidos a su peligrosidad o a si son incompatibles con alguno de los otros presos que vayan en el furgón policial.

Las salidas de los presos, sus motivos y las observaciones al respecto, como el horario previsto de regreso, estarán informatizadas en el SIA, que cuenta con un sistema de alarmas que advertirán al personal de la prisión en caso de que el interno no vuelva a la cárcel tal y como estaba establecido.

En concreto, para los reclusos que se encuentren en tercer grado el sistema generará un calendario con los movimientos y el horario previsto, y en caso de retraso se activará la alarma.

El sistema generará documentos e informes y en el futuro se prevé que elabore un documento de identidad para cada interno, que cada uno de ellos llevará consigo.